La Alineación es el objetivo general de todas mis intervenciones, es mi afán que la persona logre integrar en el mayor grado posible sus múltiples aspectos (mental, emocional, vincular, corporal, social, laboral, relacional y espiritual) y sea lo más coherente y fluido que se pueda. Todo lo cual se busca combinando la aplicación de múltiples técnicas vibracionales en apoyo a la psicoterapia profunda, para dar sustento en el nivel energético a lo que se trata en la terapia propiamente tal y a los elementos descubiertos en la lectura. Para mi alinear consiste en buscar que el cuerpo se encuentre lo más equilibrado posible, permitiendo que la energía fluya sin obstáculos por los meridianos y sistemas; dando lugar a un pensamiento y a un sentir saludable.
En ese proceso la persona se acomoda en una camilla especialmente habilitada, que esta cubierta con fibras naturales como algodón y seda, para propiciar el flujo energético. El cuerpo del paciente esta alineado con el movimiento solar y es intervenido con cristales y reiki que se ubican en posiciones específicas a lo largo del cuerpo para mejorar el estado general del cuerpo, destrabar el flujo o vitalizar órganos o sistemas debilitados.
Para complementar lo anterior empleo flores de bach, aromaterapia y cromoterapia, además de terapia de sonidos y cuencos tibetanos, todo lo conforma un marco específicamente ajustado a las necesidades de cada caso para dar lugar a la alineación.
Teniendo toda esa preparación implementada se desarrolla un proceso de lectura y energetización del cuerpo, durante el cual se vierten los contenidos de la terapia psicológica propiamente tal y los hallazgos de la lectura si es que se hizo o se hace en esa situación. Es en este punto en que emergen traumas y huellas desde el cuerpo mismo, que nos muestran a mi o al consultante imagenes o reminiscencias de elementos vitales que han de retornar al fluir de la consciencia para poder sanarlos. Siendo un excelente modo de abordar traumas y material inconsciente.
Como resultado de todo lo anterior el paciente se siente vitalizado, orientado y más sano, los temas psicológicos propiamente tales se viven desde y hacia el cuerpo y se logra generar cambio profundo y natural.